¿Qué es confiar?
Confiar es tener esperanza fortalecida por la fe: “¡Yo creo que va a suceder!” Quien espera y cree tiene confianza. La confianza es la esperanza robustecida por la fe. La confianza es una entrega sin reservas a la acción de la Providencia Divina, es un abandono de sí mismo y de nuestros medios para esperar únicamente en la Bondad y Sabiduría de Dios.Y ¿en qué debemos confiar? Que vamos a estar en el Cielo. ¡Confianza! Es lo que nos dice el salmo: “Dichoso el hombre que se deleita en el Señor” (cf. Sl 1, 2). Tener confianza es tener la esperanza segura, firme, fuerte, una esperanza de que se va a llegar.

CANTO: “Confía en Mí” (CD Hna. Myriam Álvarez)

Querido Dios, mi Padre santoy bueno;
Señor,amigo mío. Yo sé que Tú me amas,
que mi vida está en tus manos, por eso
mi confianza, la pongo toda en Ti.

Tú siempre estás conmigo,
aunque mi corazón te falle, a veces y
vuelva a comenzar. Tú siempre estás
conmigo, Señor, amigo mío.

Y escucho tu voz muy dentro de mí,
diciéndome: No temas hijo mío.
Sé que es dura tu tarea, estoy contigo;
si arrecia la tormenta, estoy contigo;
si el camino es muy difícil,voy contigo;
si sientes soledad, estoy contigo.

Tu voz me dice así: confía siempre en Mí,
te amo demasiado para dejarte sola.
Confía en Mí, espera en Mí.

Tan sólo entrégate y confía. Espera en Mí.
Jamás te dejaré ni te abandonaré;
hazte fuerte en la lucha.

Elevaré tu vuelo, se calmará la tempestad,
habrá bonanza, verás mi gloria.
Levanta tu bandera, recobre la esperanza,
el sol vuelvea nacer, despuésde cada noche.
Te amo demasiado para dejarte solo. Confía
en Mí.

Gracias Padre, por tanto, amor.
Gracias Padre.

Abandono mi vida en tus manos,yo no sé lo
que harás Tú conmigo, sólo sé que Tú me
amas, y que nada es imposible para Ti.
Confío en Ti, Señor.

Reflexión biblica
Texto de Jeremías 17, 7-8: Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia y nunca deja de dar fruto.

Santa María Bernarda nos invita… Confía en Dios

“Grande confianza en Dios supone desconfianza en sí misma. Convéncete de tu debilidad e impotencia. Deja toda confianza en ti misma, en tu poder, en tu éxito. No te gloríes de tu experiencia. La pura experiencia no es una virtud. ¡Cuidado! No pongas demasiado peso en las consolaciones y consejos humanos, fortalécete espiritualmente para cargar la cruz de tu vocación, aunque falte toda ayuda humana.

Este pensamiento te fortalezca: “Nada puedo sin la gracia de Dios”. La humilde desconfianza de ti misma es una de las alas con que debes bajar de nuevo al abismo de tu nada. Debes subir en el mismo instante, con el ala de una invencible confianza en Dios, cuanto más profundamente bajes al abismo de tu nada, tanto más poderosa será el ala de la confianza y tanto más alto se elevará a Dios. La Confianza en Dios sea vuestra compañera inseparable. Dios está siempre pronto para ayudarte con amor paternal. ¡En los sufrimientos y aprietos de toda especie, ten fe! Jesús quiere y puede ayudarte en todas las vicisitudes”. La Confianza en Dios sea vuestra compañera inseparable” (Noviciado Jardim de Dios Pág. 90).

A la Madre Bernarda la confianza y abandono en Dios, la acompañaron siempre. Solía decir: “Que tu voluntad, Señor, se cumpla siempre en mí”. Atenta al Plan de Dios en su vida, se preocupó únicamente de la gloria del Padre, con la confianza sin límite de los hijos de Dios. Junto con las hermanas, quería depender exclusivamente de la Providencia Divina y tener solamente lo que la misericordia del cielo le proporcionara, por conducto de las personas buenas.

La actitud de abandono a la Voluntad de Dios, transformó todos sus pasos en actos de puro amor. Conservó siempre la alegría y la calma en la enfermedad, en las horas de oscuridad y cuando era incomprendida. Antes de tomar decisiones, oraba e invitaba a las hermanas a orar, y en las adversidades, les infundía ánimo y les decía: “Amadas hijas, practiquen todos los días la confianza; con esto, agradan y honran al buen Dios. Entréguense sin reserva a la Voluntad de Dios. Nuestro apoyo sea siempre la Divina Providencia”.

No temía a la muerte, la deseaba ardientemente para unirse con Cristo. Animada por la confianza en Dios, se mostró siempre pronta a colaborar con Él.

Momento de interiorización y compartir fraterno:
Teniendo una mirada retrospectiva me hago consciente de los momentos en que he puesto mi confianza en el Señor, durante mi caminar como Bautizado y llamado a una Vocación. ¿De qué manera manifiesto en mi vida, que confío cada vez más en Dios?

La Confianza según el Papa Francisco

El nos invita a vivir en esperanza vigilante, es decir, estar siempre preparados para recibir al Señor, con la total confianza de que ya hemos sido salvados por él y de que estamos esperando la plena manifestación de su gloria. Esto exige que vivamos con responsabilidad nuestra fe, y que acojamos con agradecimiento y asombro cada día de nuestra vida como un regalo de Dios.

Sólo la confianza, “nada más” , no hay otro camino por donde podamos ser conducidos al Amor que todo lo da. Con la confianza, el manantial de la gracia desborda en nuestras vidas, el Evangelio se hace carne en nosotros y nos convierte en canales de misericordia para los hermanos.

Es la confianza la que nos sostiene cada día y la que nos mantendrá de pie ante la mirada del Señor cuando nos llame junto a Él: «En la tarde de esta vida, compareceré delante de ti con las manos vacías, pues no te pido, Señor, que lleves cuenta de mis obras. Todas nuestras justicias tienen manchas a tus ojos. Por eso, yo quiero revestirme de tu propia Justicia y recibir de tu Amor la posesión eterna de Ti mismo» (EAC’EST LA CONFIANCE).