Malí es un país enclavado en el interior de África occidental, cuenta con 1.241.238 km², es el más grande estado de África del oeste después de Níger. Está atravesado por dos grandes ríos, el Senegal y el Níger, tiene fronteras con Mauritania, Argelia, Níger, Burkina Faso, Costa de Marfil, Guinea Conakry y Senegal. Cuenta con una economía basada en la agricultura, ganadería y pesca.
La ciudad de Koulikoro es un centro de comercio y desarrollo industrial, tiene una población de 23.919 personas; cuenta con nueve comunas y 252 pueblos. La población de toda la región es de 165.287 habitantes, 82.117 hombres, 83.170 mujeres. Con un 50% de la población con menos de 14 años.
Koulikoró es la capital de la región y cabecera municipal del círculo de Koulikoro. Además de las empresas de aceite, la actividad económica fundamental gira en torno al río, la extracción de arena del río para la construcción, la pesca y el transporte fluvial son los pilares de la economía local. En Mali el 94.4% de la población es musulmana, 2.4% son cristianos y 2.7% religión tradicional. Teniendo en cuenta esta realidad, les invito a que presten atención a lo que les voy a compartir.
Les estoy hablando a 80 kilómetros lejos de la capital que es Bamako, de en medio de las montañas, rocas, arenas y piedras, les contare lo que he escuchado de algunas hermanas sobre nuestra llegada a Koulikoró; la cual nace del deseo de tener una casa de paso cerquita a Bamako la capital, para que las hermanas de Kalana tuvieran donde llegar; pero después de mirar por los alrededores de la Capital, de ver y descartar opciones, decidimos quedarnos en Koulikoró, donde comienza a tejerse una historia misionera, restablecedora de dignidad y generadora de progreso familiar. Presten mucha atención….
Cuenta la gente que en el año 2004 las Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora, comenzarón a construir una historia misionera en Koulikoró de la mano de la mujer, como puerta de entrada a un mundo en el que ellas con mucha delicadeza, fueron desvelando aspectos culturales, sociales, económicos, ritos, costumbres y leyes ancestrales; esto las llevó a un acercamiento más profundo a la población, a estudiar la cultura, aprender su lengua, conocer el rol de la mujer, sus necesitades y características de la familia; de esta relación, de caminar con ellas y escuchar sus necesidades, se dieron cuenta que la mujer tiene la responsabilidad de buscar la comida como sea para alimentar a su familia, por eso surgió el deseo de ayudarles a progresar a través del aprendizaje de algún arte. Y, sucedió lo siguiente…
En el año 2006, comenzaron a trabajar con las mujeres en una sala en la que cabían 5 de ellas y en pocos días el número de mujeres se triplico, razón por la cual se decidió trabajar debajo de un árbol; es así como nace el trabajo con la promoción femenina financiado por la procura misional de la Congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora; pero “imagínense ustedes a las hermanas trabajando debajo de un árbol, ¿bajo el sol o bajo la lluvia? Cosa seria diría mi hermano; es por ello que comienza la búsqueda de ayudas para mejorar el espacio y las condiciones de trabajos. Entonces se encuentran con unas mujeres representantes de Manos Unidas y con esta organización, se inicia el proyecto de construcción de una sala para enseñarles a las mujeres ganchillo, costura y bordado. A este proyecto, se fueron uniendo otras ONGS y se empieza un plan de formación orientado al mejoramiento de la calidad de vida de la mujer en Koulikoró.
Este programa se ha venido enriqueciéndo año tras año, pasando de un grupo de 20 mujeres a 150 por año, hasta tener un plan de formación en educación, salud y economía familiar. Por otro lado, las hermanas, estaban responsables de las actividades de la comunidad cristiana, de los diferentes grupos parroquiales, Kizito, jóvenes y de la catequesis. Junto a este trabajo con las mujeres de Koulikoró y con la comunidad cristiana, nace otra necesidad que veremos a continuación.
Estas mujeres que muy poco se les escuchaba en sus familias y en lo social, se han ganado la confianza de las hermanas y comienzan a expresar sus necesidades, entre tantas quieren ¡que el programa acoja a sus niños y jóvenes!; entonces en el 2009 nace una sala de informática y una biblioteca financiado por ONG DASS Asturias, para ofrecerle a estos niños y jóvenes programas de apoyo extraescolar, fomentar la lectura, acceso a las nuevas tecnologías y crear espacios de sano esparcimiento. No crean que aquí paramos; así que, presten atención a lo que sigue.
Las mujeres comenzaron a expresar su diario vivir, sus alegrías y sus tristezas, sus dolores y entre ellas las precarias condiciones en las que daban a luz a sus hijos y de las que muchas no salían con vida; frente a esta necesidad las hermanas no se hicieron esperar y como intrépidas misioneras, comenzaron a dar respuesta a las necesidades emergentes siguiendo el ejemplo de nuestra Fundadora Santa María Bernarda Bütler. ¿Pero, conque medios económicos?, de donde van a sacar dinero?, pues para pedir para otros no da pena; entonces tocaron las puertas de ONG DASSS, Franziskainnes, Medicus Mundis Asturias y la Procura General; con su apoyo comenzaron un proceso de formación con las mujeres de Koulikoró sobre el cuidado de la salud y la adquisición de hábitos de higiene, limpieza y saneamiento, como herramienta vital de prevención de enfermedades infecciosas y estacionarias, el proceso de la fecundación, gestación y los cuidados de la primera infancia, IST, control prenatal. ¡Pero, esto no se detiene, es como cuando te dan un dulce que te gusta mucho y tú quieres seguir comiendo! estas mujeres las han ido llevando años tras años, a los pueblos aledaños de Koulikoró, especialmente aquellas que carecen más de medios económicos. Como el número de mujeres aumentaba y, ellas sugirieron invitar a sus familias a formarse en estos temas para poder ser comprendidas en sus hogares y hacer junto a su marido y a sus hijos un proceso de mejoramiento de la calidad de vida familiar, con ayuda de nuestros benefactores y ONGS se ha construido una sala múltiple, para 200 personas. Un centro de formación multiprofesional donde se forman 80 mujeres cada año en Modistería, Culinaria, Peluquería y Maquillaje, cada disciplina tiene dos niveles; durante la formación se les orienta para que formen asociaciones, cooperativas o microempresas al final del ciclo formativo. Hasta aquí todo bien ¿Y ahora…, ¿qué sigue? Pues no pare de leer, porque esto apenas comienza.
Para seguir dando repuesta a las necesidades de las mujeres, y el deseo de ofrecerles una mejor atención materno-infantil segura, un seguimiento antes-durante y después del parto, con condiciones sanitarias adecuadas en el momento del parto y diagnósticos médicos más acertados, nace el Centro de Salud Santa Clara; pues durante estos 18 años, hemos estado dando respuesta a las necesidades que se han presentado y manifestado las mujeres y sus familia y seguiremos dando respuestas a ellas hasta que dejen de tenerlas, porque ellas son muy poco valoradas por sus familias y luego por sus maridos, sobre todo si no saben leer ni escribir, son explotadas laboralmente por la gran familia.
Según los musulmanes que practican el Islam, ellos de acuerdo a sus capacidades económicas pueden tener hasta cuatro mujeres; en el sostenimiento de la casa, él aporta el grano, todo lo otro le corresponde a la mujer aportarlo e incluso lo que necesiten los hijos. La mujer que habla francés, trabaja y aporta económicamente al sostenimiento de la casa, es más valorada y escuchada en su familia y en la gran familia, es decir adquieren un poco más de libertad.
Estamos de paso por este mundo para amar y servir, y eso es lo que procuramos hacer todos los días, desde la realidad que vivimos, porque quien no vive para servir, no sirve para vivir.
“Y si Dios empezó tan buen trabajo en ustedes, estoy seguro de que lo continuara hasta concluirlo en el día de Cristo Jesús…” Fl 1,6.
Colaboración: Fraternidad Belén-Koulikoro