“Ninguna vocación nace sola ni vive sola. Una vocación brota del corazón de Dios y florece en la buena tierra de los fieles” (Papa Francisco).

En el Centro de Espiritualidad Madre Bernarda, en Cartagena, Colombia, se llevó a cabo un encuentro congregacional para la formación inicial y para hermanas de hasta cinco años de votos perpetuos. Estuvieron presentes veintiséis formandas y hermanas, junto con las hermanas asesoras de formación. También hubo un grupo que siguió el encuentro en formato virtual.

Fue una semana con actividades diversas, un espacio de convivencia, de compartir, de escucha y de oración, motivándonos a avanzar en la madurez integral y en el seguimiento de Jesucristo.

El grupo compartió momentos de reflexión y gratitud iluminados por los espacios bíblicos de Nazaret, Betania, Emaús y Galilea, permitiendo reflexionar sobre las dimenciones humana, espiritual, fraterna y misionera de cada joven y Hermana.

Peregrinar por los espacios por donde pasó Madre Bernarda, en Cartagena, fue una experiencia que me cambió la vida. Conocer las culturas, desde los orígenes de cada una, fue de inmensa belleza. Compartir con cada nivel de formación fue una gran riqueza, darme cuenta de que cada uno está en camino, con un mismo objetivo, siguiendo las pasos de Jesús que nos llamó y nos quiere fieles y felices.

“¿Cómo puedo pagar al Señor por todo el bien que me ha hecho? ¡Alzaré la copa de la salvación e invocaré su nombre!
Gratitud a todas las Hermanas de la Congregación por esta hermosa oportunidad, brindada con esfuerzo y amor. Y a cada participante que enriqueció el encuentro con su experiencia personal. ¡Paz y Bien!