El Centro de Reeducación de Doba, desde su fundación en 2008 ha sido dirigido por la Congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora tiene por objetivo ocuparse de los minusválidos de la Diócesis y de la región, ejercen diferentes roles tales como:
- Consulta y reeducación
- Detención precoz y consultas en las zonas rurales y en las 12 parroquias de la Diocesis
- 3 parroquias en Doba (Comboni, Santo Domingo Savio et Catedral)
- 1 parroquia en Bodo
- 1 parroquia de Maybombaye
- 1 Parroquia en Mberi
- 1 Parroquia en Kome
- 1 parroquia en Bébédjia
- 1 parroquia en Beti
- 1 Parroquia en Beboto
- 1 parroquia en Bero
- 1 parroquia de Mbikou
Sensibilizaciones a través de algunas emisiones por radio para sensibilizar y dar a conocer a través de las mismas personas minusválidas los argumentos y pruebas que ayuden a animar a otras personas para que comiencen un proceso posible de cambio en sus vidas.
Contamos con un Centro de reinserción social para brindar ayuda a jóvenes minusválidos físicamente, los más abandonados de sus familias que no han tenido la oportunidad de ir a la escuela. Se les brinda una formación de alfabetización y manualidades con el fin de que ellos sean capaces de tomar responsabilidad a pesar de las limitaciones por sus incapacidades físicas.
MARCELIN MBARAIMADJI Y BIENVENUE MEKONGOTO DOS HISTORIAS QUE SE RENUEVAN
Estos hermanos de dos y cuatro años apodados en su Vereda (Comunidad, Recinto) los niños serpiente porque no podían caminar y se desplazaban arrastrándose por el piso son hijos de una joven madre, soltera de 27 años; ellos llegaron al centro de discapacitados el día tres de febrero del año 2022 gracias a un sacerdote Italiano llamado Constantino, el único que creyó que quizás un día podrían caminar y llevar una vida como el resto de los niños. El viéndolos en estas condiciones decidió brindarles todo su apoyo con la confianza de que un día podrían ponerse de pie y fue así como decidió que el centro de discapacitados podría ser una luz de esperanza para estos pequeños.
Con la confianza puesta en Dios y en las personas que a partir de ese momento comenzaron su proceso de reeducación, tomaron la decisión de entrar por esta puerta. Marcelin el menor de los dos hermanos no nació con ninguna discapacidad, pero viendo la posición de su hermana que permanecía siempre por tierra impedida para caminar a causa de una malformación congénita en ambas rodillas, adoptó la misma postura convirtiéndose con el paso de los días y de los años en un nuevo discapacitado.
A su llegada al centro, los dos vinieron con una discapacidad, desnutridos, enfermos y con miedo de todo el mundo; los días iban pasando y lentamente comenzaron a adaptarse al lugar y al proceso de reeducación y pronto comenzaron a responder al tratamiento. Marcelin el pequeño, con la terapia y otras ayudas técnicas comenzó a ponerse de pie tres meses después, en el cuarto mes comenzó a caminar sin ningún apoyo. La alegría se le reflejaba en su rostro, haber aprendido a caminar era una aventura nueva y por ello corría por todos los espacios haciendo el reconocimiento de algo que era muy atrayente para él.
Mientras tanto Bienvenue seguía su proceso lento pero seguro acompañando las terapias con ejercicios prácticos en la sala de fisiopediatria y (donde se trabaja desarrollo cognitivo y propiocepción, marcha y equilibrio) a principio del mes de junio recibió sus muletas, las cuales aprendió a manejar en cuestión de tres días. Esta era la primera vez que se ponía de pie en casi cinco años; al lado de su hermano comenzó a recorrer todos los lugares del centro con una gran sonrisa en su rostro, este gran paso le ayudó a ganar independencia y ahora tenía un nuevo mundo, comenzó a relacionarse con otros niños: jugar, comer, correr y caminar junto a otros pequeños se convirtió en algo muy cotidiano, ahora tenía una visión diferente del mundo y disfrutaba de cada momento.
El siguiente reto estaba propuesto para el mes julio: caminar con una sola muleta, continuar con la reeducación y con el tratamiento de la vitamina D. El proceso de caminar con una sola muleta le costó bastante pues se sentía insegura, pero a medida que pasaron los días se convirtió en algo normal y finalmente viendo la evolución del proceso se decidió enviarles un mes y medio a su casa dándoles algunos consejos prácticos a seguir.
El día del control llegó y ellos se hicieron presentes. La sorpresa fue grande al ver que Marcelin era muchísimo más independiente y Bienvenue según su mamá una semana despues de haber llegado a su casa dejo las muletas y empezó a caminar por sí sola, así que esta vez llego al centro caminando, esto fue motivo de gran alegría para todo el personal que trabaja en el centro, y un ejemplo para muchas personas en situación de discapacidad que tuvieron la posibilidad de verla los primeros meses de su llegada y que 7 meses despues la ven caminando sin ayuda alguna.
Por el momento los dos hermanos continúan en el centro de reeducación con el objetivo de continuar mejorando.
No queda más que agradecer a Dios por las personas que prestan su servicio en este lugar y que devuelven a tantos hombres y mujeres la esperanza y el deseo de seguir viviendo con dignidad.