Aquí queremos compartir las bellas experiencias, de esta misión en el Oeste africano en el país de Mali; en la región más cercana a la selva guineana; en la comunidad de Guandiaka, en una pequeña población llamada Kalaná; habitada preferencialmente por cultivadores y por elevadores de ganado bovino, cabras y carneros: que con el paso de los años lo han ido dejando para tomar la línea de la explotación minera del oro de manera artesanal y por el trabajo en las minas de oro explotadas por los extranjeros que llegaron al lugar.

Te contaremos un poco de lo que hemos realizado durante estos 29 años de presencia de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora; en esta hermosa localidad de Kalaná; nos cuentan los primeros cristianos que estaban aquí; puesto que fue esa la prioridad que marcó la llegada de nuestra presencia a la región; el Obispo buscaba una comunidad religiosa para acompañar esta incipiente comunidad cristiana, (en ese momento unas 12 familias cristianas en 1993) la llegada de las Hermanas fue en ese entonces todo un acontecimiento importante para ellos y para los pobladores, ”ellas, no comen lo mismo que nosotros‘‘ se escuchaba decir a algunos, pero eso no impidió que fueran cercanas y aceptadas por todos; si dejaron su país para venir aquí es por que ellas aman lo que hacen; expresaron otros, con el paso de los años todas se dieron a querer por los pobladores del sector de Guandiaka “ma soeur” o “macheri” en la expresión de los niños; es lo más
agradable y encantador para nuestros oídos.

En el transcurso de estos ya casi 30 años, hemos podido realizar juntos grandes logros; primero conocer y aprender a hablar, leer, escribir, pensar en la nueva lengua en este caso Francés y la lengua local Bambará; acercarnos a la cultura con respeto y con reverencia; detectar juntos las necesidades que más nos acercaban a nuestra espiritualidad franciscana y de Madre Bernarda. Y es así que iniciamos las visitas a las familias; el encuentro con los enfermos; el diálogo y proximidad con los grupos de mujeres; la incursión en la educación de los niños en preescolares; percibiendo que dentro de ese procesos estábamos condicionadas a tener prioridades; realizamos muchos recorridos algunos acertados, otros fallidos pero como equipo misionero, tomamos la decisión de comenzar con el Centro Nutricional Ba María Bernarda; así daríamos atención prioritaria a los niños y niñas con problemas de malnutrición; y esto nos llevó a crear varias redes de apoyo externo con la Procura misionera de la Congregación y con las diferentes ONG que en ese momento y aún hasta hoy continúan con su apoyo; como dice García Márquez; escritor Colombiano pareciera que el tiempo se habría detenido en estos pueblos, pero no en esta tercera década de presencia los apoyos se ampliaron y ahora el Centro Nutricional Ba María Bernarda Kalaná, cuenta con otros servicios que le proporcionan a la población de este sector la posibilidad de una mejor atención cualificada, un laboratorio de análisis especializado, una sala de ecografías con servicio de alta calidad; un programa de consultación y atención en salud preventiva promocional, curativa; seguimiento con visitas, acompañamiento y apoyo en el proceso de sanación.

Formaciones basadas en el cuidado de la naturaleza, la conservación de las fuentes de agua; el auto cuidado para una mejor calidad de vida, la protección de la misma. Acompañamos las 6 salas de preescolares con una población de 315 niños y niñas en 4 localidades Kalaná, Kolenda, Sokoroko, Koumbala. En el proceso de inclusión en la educación y el sano desarrollo en salud, del crecimiento con una educación de calidad desde los 3 años hasta los 6 años llevándolos a la incursión del ambiente escolar.

Hacemos nuestro aporte y sostenimiento a los diferentes grupos de mujeres en las mismas localidades antes mencionadas aproximadamente un grupo 138 mujeres entre los 14-62 años; con formación en las áreas de salud, formaciones sobre ETS, reproducción sexual, violencia base genero VBG; lucha contra la mutilación genital femenina MGF; emprendimiento y asociaciones para la mejora de la calidad de vida y defensa de sus derechos, cultivo y aprovechamiento de la planta de Moringa.

La gestión de proyectos para obtener un auto sostenimiento de las pastorales.
Con el transcurrir de los años la presencia es realmente un paso que ha marcado la diferencia y ha permitido a, muchas hermanas la vivencia de bellas experiencias de FE, MISION AD GENTES; que hoy se recuerdan con alegría y con gozo y muchas con la nostalgia de querer regresar a esta misión.

Que Madre Bernarda nos continúe iluminando para hacer presente el evangelio en medio de los más pobres y disminuidos. Hasta la próxima.

Contribución: Hnas. Fraternidad Centro Misionero Madre Bernarda Kalaná.