“Trabajar incansablemente por la extensión y mejora del Reino de Dios” (Santa María Bernarda).
Para celebrar el centenario de la muerte de Santa María Bernardo, fundadora de la Congregación de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora (reconocidas por la Iglesia como Misioneras de la Misericordia), los 800 años de los Sagrados Estigmas de San Francisco y la 50 años de presencia evangelizadora de las Hermanas en la Amazonía brasileña, fuimos impulsadas por el testimonio fructífero de nuestras fundadoras para dar nuestra mejor respuesta misionera a la cruda realidad del mundo actual.
El tema: Santa María Bernarda: misionera al servicio del Amor; y como lema: “Pedid, pues, al Señor de la mies” (Mt 9, 38), del 10 al 18 de agosto del presente año 2024, se llevó a cabo una MISIÓN CONGREGACIONAL en las parroquias de Anori y Beruri, en el Estado de Amazonas. La misión alcanzó a líderes comunitarios, familias, jóvenes, niños y comunidades ribereñas, con el objetivo de fortalecer la fe, la esperanza, la confianza en Dios de estas personas y revitalizar su cultura vocacional.
El equipo misionero estuvo compuesto por laicos y hermanas y sacerdotes brasileños, colombianos y ecuatorianos, organizados en dos equipos que trabajaron simultáneamente en los municipios de Anori y Beruri.
Con profunda gratitud podemos decir que durante este tiempo nos sentimos verdaderamente enviados, reunidos, unidos en una verdadera sinfonía vocacional de amor y servicio que nos permitió ser heraldos de la esperanza del Evangelio en todo momento. Juntos compartimos la gracia y la alegría de servir y proclamar la Buena Nueva de Jesús.
Cosechamos semillas de sabiduría, fe, unidad, compartir y alegría en cada comunidad, en cada escuela, en cada hogar y, sobre todo, en cada corazón que visitamos. Experimentamos la mejor acogida, la comida bendita, el mejor calor humano que un misionero puede encontrar. Sentimos el pulso de la fe viva, consciente y comprometida de nuestra Iglesia Amazónica. Recordamos los 50 años de nuestra presencia franciscana en estos ríos y caminos donde innumerables personas, historias y sueños han transitado y aún transitan.
Navegamos contemplando y anunciando la belleza de nuestra vocación consagrada y laical; y la gran gracia de ser instrumentos de paz y de bien en el mundo de hoy, con la sencillez fraterna de San Francisco de Asís, la hermandad femenina de Santa Clara y la misericordia encarnada de Santa María Bernarda.
Nos gustaría agradecer a tantas personas que directa e indirectamente contribuyeron al éxito de esta misión: a través de la oración, la publicidad, la creación de materiales, a través de diversos servicios o financieramente. ¡Que Dios os recompense con abundantes gracias y bendiciones!
Por: Equipo Misionera