Las falsas imágenes que creamos de Dios las recibimos desde el entorno familiar, religioso, escolar y cultural. Son deformaciones provenientes de culturas o experiencias psicológicas individuales, de las que Jesús nunca nos habló. Son imágenes que se escapan del Dios verdadero, Vivo y Presente entre nosotros. Es necesario despojarnos (psíquicas y simbólicas) de estas falsas visiones de Dios. Veamos brevemente algunas de estas imágenes.

Dios – concepto: Es un Dios con conceptos abstractos: ser infinito, ser necesario, ser omnipotente, el misterio, el todopoderoso, una energía… Algunos teóricos lo conocen a la perfección, pero no le dice nada a la gente sencilla de la calle de nuestras ciudades, barrios, del campo… Es un Dios lejano, impersonal. No le importa la humanidad.
El Dios – Ley: El dios normativo y policial, imponente y controlador. Se satisface cuando las personas cumplen con los preceptos, tales como: ir a misa, adorar, ayudar a los demás, debo o no debo, puedo o no puedo… Una persona no tiene libertad si no cumple con sus destino fatal.
El Dios – Terrible: Amenazante, castigador, vengativo. La persona debe comportarse bien, orar sin cesar, ofrecer sacrificios dolorosos.
El Dios – Aspirina: Calma sustos, alivia el sufrimiento y el dolor. Es un Dios en pequeñas dosis: pensar sólo un momento en Dios, una pequeña invocación y, basta…
El Dios – Paraguas: Siempre disponible. Cuando quieres usarlo, está en tus manos, cuando no lo necesitas, está colocado en algún lugar donde no estorbe. Se pierde fácilmente… También se le conoce como el dios de los supermercados.
El Dios – Folclore: Se adapta a las tradiciones del lugar, no es reconocido fuera de ese lugar. Sirve para amenizar fiestas y días festivos regionales, fomentando el turismo y las ventas populares.
El Dios infantil: Todo es alegría… fácil de engañar. No le preocupan los problemas humanos ni le interesan las preocupaciones sociopopulares. Se contenta con ritos suaves y rápidos.
El Dios – Bonito: Es un hombre viejo, cómodo en las nubes. Frágil y de buen carácter. Se nos permite cualquier capricho, se pasa por alto nuestra irresponsabilidad.
El Dios – Narcótico: Es un dios que duerme a sus creyentes, pone una venda en los ojos de las personas para que no puedan ver la realidad de la vida. al verlo, dicen que es la voluntad de Dios. hacen de las injusticias humanas la voluntad de Dios.
El Dios – Milagro: Es el dios que aparece cuando ocurren fenómenos raros y, por nuestra poca investigación científica, decimos “milagro de Dios”. En otras palabras, lo que no se entiende en un momento de la vida se puede solucionar diciendo que es la mano de Dios actuando. ¡Ignorancia! Las falsas imágenes de Dios son deformaciones de culturas religiosas o experiencias psicológicas individuales, de las que Jesús nunca nos habló.

El Dios de Jesucristo: Las actitudes y prácticas de Jesús nos permiten descubrir un nuevo rostro de Dios, que con dos palabras podríamos empezar a definir: Amor y Vida.

Algunas características de la experiencia de Dios de Jesús

Jesús siente a Dios como Padre (Mc 14,36): Jesús nos revela un Dios cercano, familiar, personal. La expresión Abbá es una palabra familiar utilizada por los niños judíos para dirigirse a su padre, se traduce como “padrecito”. Los evangelistas pusieron esta expresión en labios de Jesús 170 veces y, en la mayoría de las traducciones, la expresaron simplemente como Padre. Así vemos que Jesús descubre una nueva relación con Dios, una actitud de hijo, y siente que su Padre le da cariño. y seguridad, por lo que su objetivo es hacer la voluntad de papá.

Nos muestra un Dios que perdona. ¡Nuevo y Blasfemia! (Mt 9,1-8): En la sociedad de su tiempo había muchas personas con la conciencia pesada, con culpa, aprisionadas por el pecado. Con gestos y palabras Jesús liberó de esta situación interior a muchos “pecadores” que se sentían nuevamente incluidos en la sociedad.

En la práctica de Jesús, nos muestra un Dios de los pequeños (Mc 10,13-16): Jesús muestra su debilidad con los débiles: por los niños, por los marginados, por los separados de los sistemas religiosos y políticos…

El Dios de la esperanza: Porque es quien nunca deja tranquilo al hombre en su realización presente, quien siempre lo invita a construir algo más. Por tanto, en el sentido más profundo de la palabra, es un Dios subversivo, crítico con el orden establecido, precisamente porque quiere un futuro mejor y diferente, lleno de promesas de los dones de la vida.

El Dios Libertador (Mc 3,23-28): Es un Dios liberador porque busca siempre que hombres y mujeres rompan las cadenas de falsos absolutos que se han creado a lo largo de la historia. En los tiempos de Jesús, lo absolutamente falso era la Ley, contra la cual Jesús combatió. En nuestro tiempo, una absoluta falsedad es el dinero, el consumismo, la ambición, el placer, el tener…

Dios es Amor (1 Juan 4:8): La mayor manifestación de su gran amor es la donación de la vida en cada uno de nosotros, y especialmente en la donación de su propio Hijo por nosotros la consecuencia última: la muerte en cruz por amor. Jesús es quien ama y perdona, promueve la dignidad humana, la ley y la justicia, el respeto y la igualdad para todos, es quien experimentó un Dios amoroso y personal.

Fuente: Padre Elmo Heck. Párroco. Paracletos. Revista de la Parroquia del Divino Espírito Santo – Año III – nº 28 – noviembre de 2002