“Os exhorto a avivar el don de Dios que está en vosotros”
(2 Tim 1,6).
El mes pasado, en el Centro de Espiritualidad de Cartagena, Colombia, se realizó un encuentro de revitalización para las hermanas. Este encuentro tuvo lugar del 17 al 30 de julio y contó con la asistencia de 25 religiosas.
El encuentro de revitalización es una oportunidad formativa que ofrece la congregación para que las religiosas puedan integrarse, convivir, retomar elementos del carisma, la espiritualidad, compartir experiencias y revitalizarse en su vida y misión. En el año de preparación al Centenario de la Pascua Definitiva de Santa María Bernarda, Fundadora de la Congregación, las Hermanas tuvieron la oportunidad de recibir la gracia de las indulgencias en su Santuario.
El lema del momento formativo fue “Revitalizo mi vida y misión en la fidelidad a la Alianza”. El encuentro contó con la participación de hermanas de las tres Regiones Misioneras de la Congregación y tuvo como objetivo releer su historia personal, abrazando con esperanza y fe el mundo vital, para consolidar la opción de seguimiento de Jesucristo, en fidelidad al carisma; revitalizar el don vocacional y el vigor misionero, recreando el camino de la resignificación, para vivir el Evangelio con audacia, como mujeres del alba.
Varios temas fueron abordados con el generoso asesoramiento de algunas Hermanas, entre ellas, Blanca Liria Zuleta Ospina, Bernardita Salas, Yaneth González, Silvana Arboit, Diana Patricia Aguilar, Sandra Milena Avilés, María Teresa Pérez, Marelvi Buelvas Mendoza y el sacerdote Juan de la Cruz, a quienes agradecemos inmensamente.
El encuentro incluyó algunas visitas a las fraternidades cercanas, una peregrinación a los puntos históricos por donde pasó Santa María Bernarda, una visita al Barrio Nelson Mandela donde las hermanas tienen una hermosa proyección en la educación y en la parte social y un paseo lúdico.
Fue un tiempo de gracia y bendición donde cada Hermana tuvo la oportunidad de revivir el don de su Consagración y el don de la vocación misionera, para mirar con gratitud la alianza que Dios ha venido tejiendo a lo largo de su caminar, reconociendo la grandeza y bondad de Él en su existencia.
Con la lámpara encendida, signo que nos acompañó durante el encuentro, cada una asumió el compromiso de seguir vigilante y atenta a lo que el Señor le pida, para continuar el camino y estar despierta a la mañana nueva, como las mujeres del alba, alimentando la fe y fortaleciendo la esperanza.
Expresando gratitud…
Lea a continuación, el agradecimiento escritos por las hermanas participantes:
“Cómo pagaré al Señor todo el bien que me hizo. Alzaré el cáliz de salvación e invocaré al Señor. Te ofreceré un sacrificio de alabanza e invocaré tu Nombre; cumpliré mis votos al Señor, en presencia de su pueblo” (Sal 115, 3, 4,5).
Uniéndonos a los sentimientos del salmista hoy damos infinitas gracia a Dios y a ustedes hermanas por esta bella oportunidad de revitalización.
Iniciamos la primera semana de esta experiencia, reflexionando a la luz del texto motivacional de san Pablo a 2 Timoteo 1, 1-14, y hoy a cada una de nosotras. “Reaviva el don que recibiste en tu consagración, el don de tu vocación para la misión”; y desde el mismo mirar con gratitud la alianza que Dios ha venido tejiendo a lo largo de nuestro caminar, reconociendo la grandeza y bondad de Dios en nuestra existencia. La invitación que El señor nos hace para resignificar nuestra vida, abandonar en sus manos nuestras resistencias y compromisos para vivir este tiempo sagrado.
Seguimos con la gran invitación de nuestra Santa Madre M. B. que nos dice: “compréndanme bien , el conocimientos propio no se obtiene a través de angustiantes sondeos, sino con la oración, la confianza filial en Dios y una tranquila constatación de aquello que pasa en el interior, en las más diversas circunstancias” Carta de SMB 113.
Compartimos dos días de profundas experiencias de la gran importancia de abrazar nuestra historia y amar profundamente nuestro barro, aceptando lo que somos; asumiendo muestra luces y sombres, riquezas y pobrezas, capacidades y límites. Teniendo claro del valor que tenemos reconociendo que Dios actúa solo en un corazón que sabe cuánto Vale., abriéndonos así a su gracia para ser renovada y sanadas por El.
Continuamos a la luz de la espiritualidad, deleitándonos en la riqueza de los escritos contemplados dentro del “PROCESO DE SANTIFICACIÓN DE LA MADRE MARÍA BERNARDA, DESDE LO PEQUEÑO, EN FIDELIDAD A LA ALIANZA”, su vida familiar, su constante búsqueda y su servicio misionero que la llevo a crecer hasta la estatura de Cristo y alcanzar la Santidad, siendo así ejemplo para que nosotras sus hijas, sigamos sus huellas de santidad.
Finalmente con el taller sobre la importancia de nuestro autocuidado por medio de la Osteopatía la cual es un método DIAGNÓSTICO y TERAPÉUTICO que se encarga de tratar disfunciones de la movilidad articular y del tejido, lo que puede provocar la aparición de distintos síntomas y signos en relación con nuestro esquema corporal. Con la finalidad de asumir la responsabilidad y cuidado de nuestra salud integral.
Finalizamos nuestra semana con una maravillosa salida de integración y compartir. Contemplando la belleza de la naturaleza y la riqueza de la Fraternidad Congregacional.
Por todo esto, más a la atención del equipo del santuario y la acogida fraterna de las hermanas de las diferentes fraternidades con quienes hemos podido compartir, cerramos con inmensa alegría nuestra primera semana de encuentro.
Gracias queridas hermanas del consejo General y Hermanas de los consejos Regionales muchas bendiciones.
Nuestra oración será siempre un canto de alabanza a Dios por inspirar espacio tan maravillosos como estoy y a todas ustedes por seguir la inspiración.
Seguimos orando, agradeciendo y viviendo esta experiencia del amor infinito de Dios.