Si estás pasando por problemas muy grandes, compórtate como el roble.

Cada vez que enfrentamos problemas en la vida, observamos lo frágiles que somos. Las alegrías se han ido, solo queda la verdad de que somos impotentes para hacer frente a las adversidades que se presentan en el transcurso de nuestra existencia.

Dios nos deja lecciones interesantes en su creación, para mostrarnos que el hombre fue creado fuerte y que esta fuerza puede ser aumentada y absorbida de situaciones adversas.

Hay un árbol llamado roble. Este árbol es utilizado por botánicos y geólogos como indicador de catástrofes naturales. Cuando quieren saber acerca de las tormentas que ocurren en cierto bosque, miran al roble. Es el árbol que más absorbe las consecuencias de las tormentas.

¡Cuantas más tormentas y tormentas enfrenta el roble, más fuerte se vuelve! Sus raíces se adentran naturalmente en la tierra y su tallo se vuelve más robusto, por lo que es casi imposible que una tormenta lo arranque o derribe. ¡Pero no crea que los científicos necesitan hacer todos estos análisis para saberlo! Todo lo que tienen que hacer es mirar el roble. Debido a que absorbe las consecuencias de las tormentas, el robusto árbol a veces adquiere un aspecto deforme, como si realmente hubiera ejercido mucha fuerza, a veces incluso con aspecto triste. Para el roble, cada tormenta es más un desafío que superar que una amenaza. En una gran tormenta muchos árboles son arrancados, pero el roble permanece firme.

¡Debemos aprovechar las situaciones contrarias a nuestra vida y mantenernos fuertes aunque a veces un poco marcados, con una apariencia abatida, pero fuertes, con raíces muy firmes y profundas en la tierra! Con eso, podemos entender lo que nos quiso enseñar el padre maravilloso, cuando dijo que “todo lo podemos en Cristo que nos fortalece” (Fp 4, 13) y también la confianza del rey David, cuando cantó: “Incluso si ando en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Sl 23,4).

Así que cuando mires por la ventana el hermoso amanecer, recuerda que no tememos las desgracias del día, porque Dios siempre está contigo. ¡Él te protegerá! si estás pasando por problemas muy grandes, compórtate como el roble. Seguramente, será solo otra tormenta que podría hacerlo aún más fuerte.

Fuente: Atribución a Waldir José da Silva