Conpuesto por Santa Maria Bernarda

Compartimos aquí un Viacrucis compuesto por Santa María Bernarda como ejercicio personal de meditación sobre la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

Canción:

/ ¡VICTORIA! ¡TÚ REINARÁS!
¡OH CRUZ! ¡TÚ NOS SALVARÁS! / (2)


El Verbo en ti clavado,
muriendo nos rescató.
De ti, madero santo,
nos viene la redención.

Extiende por el mundo,
tu Reino de salvación.
¡Oh cruz, fecunda fuente,
de vida y bendición!

Impere sobre el odio,
tu Reino de caridad.
Alcancen las naciones,
el gozo de la unidad.

Aumenta en nuestras almas,
tu Reino de santidad.
El río de la gracia,
apague la iniquidad.

Introducción

¡Oh divino Salvador, Jesucristo!

Por amor a ti me arrepiento de todo corazón de  mis pecados y te pido la gracia de poder rezar ahora el viacrucis, en espíritu de penitencia, unida a aquella intención con que Tú subiste al Calvario y con la que María, tu bendita Madre,  te acompañó; en agradecimiento por tu amor, en reparación  por mis pecados y para ganar las santas indulgencias anexas a este santo ejercicio.

Te ofrezco este doloroso camino por las pobres almas del purgatorio, especialmente por aquellas por las cuales estoy obligada a rezar y por aquellas que tú quieres que yo rece. Amén.

Primera Estación: Jesús es condenado a muerte.

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,

R. Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Gratitud eterna a ti, misericordiosísimo Salvador, por el amor con que Tú, inocente, aceptaste por mí, pobre pecadora, la sentencia de muerte. Cuando yo llegar delante de Ti para ser juzgada, dulce Jesús, no seas juez para mí, sino Salvador.

Nunca más quiero juzgar a mi prójimo; y si eso aconteciere de nuevo, me acusaré siempre con sinceridad en el sacramento de la penitencia. Mi Jesús, misericordia.

Oh María, defiéndenos delante del tribunal de tu Hijo. Recomiéndanos  y preséntanos a tu Hijo.

Padre nuestro y Ave María

V. Ten compasión de nosotros, Jesús, ten compasión.

R. Y senos propicio por tu santo sufrimiento.

Segunda Estación: Jesús toma la cruz sobre sus hombros.

V. Te adoramos, oh Cristo…

Con santo y ardiente deseo, Tú, Jesús, débil en extremo, abrazas la pesada cruz para cargarla en obediencia al Padre y por amor a nosotros, pobres pecadores. Si yo soy enemiga de la cruz, no soy amiga tuya, Jesús. El camino que conduce al cielo es un camino de cruz.

Oh, Jesús, perdona mis murmuraciones y quejas en el sufrimiento y en las contrariedades. Más, Señor, hágase tu voluntad.

Oh María, Madre de dolores, alcánzanos un verdadero amor a la cruz y una filial entrega a la santísima voluntad de Dios.

Padre nuestro…

V. Ten compasión de nosotros, Jesús, ten compasión.

R. Y senos propicio por tu santo sufrimiento.

Tercera Estación: Jesús cae por primera vez bajo el peso de la cruz.

V. Te adoramos, oh Cristo,…

La pesada cruz y más aun el peso de nuestros pecados, te oprimen contra la tierra, oh amado Jesús. ¡Qué martirio habrá ocasionado a tu sacratísimo corazón mi primera caída en el pecado… la pérdida de mi inocencia!

¡Mi Jesús, misericordia! Antes morir, que una vez más ofenderte.

Oh María, alcanza para todas las almas inocentes la gracia de la perseverancia y, para nosotras, la gracia de una sincera penitencia.

Padre nuestro…

V. Ten compasión de nosotros, Jesús, ten compasión.

R. Y senos propicio por tu santo sufrimiento.

Cuarta Estación: Jesús encuentra a su afligida Madre

V. Te adoramos, oh Cristo,…

¿Quién puede comprender el dolor punzante cuando el mirar de la Madre y el mirar del Hijo se encuentran? Estos purísimos e inocentísimos corazones. ¡Cuán inaudito fue su sufrimiento por causa de nuestros pecados!

Oh sacratísimo Corazón de Jesús, ayúdame a amarte siempre más. Ayúdame a amar a los demás como Tú nos amas.  Dulce corazón de María, sé mi salvación.

Padre nuestro…

V. Ten compasión de nosotros, Jesús, ten compasión.

R. Y senos propicio por tu santo sufrimiento.

Quinta Estación: Simón Cirineo ayuda a Jesús a cargar la cruz.

V. Te adoramos, oh Cristo,…

Jesús tirita de debilidad. Dentro de poco Él va a morir. Alma mía, ¿no quieres tú hacer un acto de amor y de compasión por tu Redentor, ayudándole a cargar la cruz? Acuérdate, todo lo que hicieres al prójimo, lo haces al propio Jesús.

Mi Jesús, misericordia por los pecados contra la caridad.

Oh María, alcánzanos a todos el espíritu de caridad activa  y una íntima compasión al prójimo.

Padre nuestro…

V. Ten compasión de nosotros, Jesús, ten compasión.

R. Y senos propicio por tu santo sufrimiento

Sexta Estación: La Verónica alcanza el sudario a Jesús.

V. Te adoramos, oh Cristo,…

¡Oh sagrada cabeza herida y ensangrentada! Mi alma sea el sudario sobre el cual se estampe indeleble tu martirizado rostro. Te pido esta gracia, mi Jesús. Imprime para siempre en mi alma la imagen de tu sagrada cabeza, coronada de espinas, y tu adorable y maltratado rostro. Permite que, en la tentación,  yo las tenga delante de mis ojos, y ten compasión de mí.

¡Oh María, Madre de los Dolores! Alcánzanos la gracia del constante recuerdo de la pasión de Jesús.

Padre nuestro…

V. Ten compasión de nosotros, Jesús, ten compasión.

R. Y senos propicio por tu santo sufrimiento.

Séptima Estación: Jesús cae por segunda vez bajo la cruz.

V. Te adoramos oh Cristo,…

La eterna belleza y majestad, la alegría de toda la corte celestial, está caída en el polvo de la tierra como un gusano pisado, por causa de nuestro orgullo y nuestras repetidas caídas en el pecado. Oh,  alma mía, mira… es como si Jesús estuviese caído delante de ti, a tus pies, pidiendo que lo ames. ¿Tendrás tú el coraje de ofenderlo una vez más? ¡Mi Jesús, misericordia!

Oh María, Virgen dolorosa, alcánzanos la gracia de la verdadera humildad de corazón y la santa perseverancia en el bien.

Padre nuestro…

V. Ten compasión de nosotros, Jesús, ten compasión.

R. Y senos propicio por tu santo sufrimiento.

Octava Estación: Jesús se encuentra con las madres que lloran.

V. Te adoramos, oh Cristo,…

Oh Jesús, llorar debería yo sobre mí misma al ponderar cuánto pequé y cuán poco me sacrifiqué hasta ahora. Oh, imponme Tú mismo una saludable penitencia. De buena voluntad acepto todo de tu mano. Señor, corta, quema mientras estuviere viva y ten misericordia de mí en la eternidad.

¡Oh Madre Dolorosa! Ruega por nosotros, para que seamos dignas de las promesas de Jesucristo.

Padre nuestro…

V. Ten compasión de nosotros, Jesús, ten compasión.

R. Y senos propicio por tu santo sufrimiento

Novena Estación: Jesús cae por tercera vez bajo la cruz.

V. Te adoramos, oh Cristo,…

¡Ay! Por tercera vez cae Jesús bajo el peso de la cruz. Oh Dios, los horrorosos escándalos dados y recibidos, los innumerables pecados rutinarios y ocasionales son la causa de tan dolorosa caída.

Mi Jesús, misericordia. Oh Jesús, da a todos los pecadores la gracia de reconocer su mísero estado.

Oh María, refugio de los pecadores, alcánzanos a todas huir de las ocasiones de pecado, la perseverancia y la fidelidad a los propósitos hechos.

Padre nuestro…

V. Ten compasión de nosotros, Jesús, ten compasión.

R. Y senos propicio por tu santo sufrimiento.

Décima Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.

V. Te adoramos, oh Cristo,…

¡Qué terrible dolor de alma para el dulce Salvador! Delante de todo el pueblo Él, el virginal Jesús, es despojado de sus vestiduras y le ofrecen vinagre y hiel amaga… ¡Oh mi Jesús, misericordia! (Silencio). Danos llorar con lágrimas de sangre todos los abominables pecados de impureza e intemperancia.

Por tu incólume virginidad e inmaculada concepción, purísima Virgen María, purifica  mi alma y mi corazón de toda mancha de pecado.

Padre nuestro…

V. Ten compasión de nosotros, Jesús, ten compasión.

R. Y senos propicio por tu santo sufrimiento.

Décima primera Estación: Jesús es clavado en la cruz.

V. Te adoramos, oh Cristo,…

Cada pecado mortal es un clavo cruel  que traspasa la mano bendita del Salvador. ¡Oh divino Cordero Pascual, cubierto de llagas y sumergido en crueles dolores, te pido perdón por todos los martirios que sufriste por mis pecados y te agradezco por la noble aceptación de los castigos que yo merecí. Mi Señor, antes morir que pecar nuevamente.

Oh María, por los dolores que sufrió tu Corazón crucificado, no permitas que la sangre de Jesús sea derramada en vano por mi pobre alma.

Padre nuestro…

V. Ten compasión de nosotros, Jesús, ten compasión.

R. Y senos propicio por tu santo sufrimiento.

Décima segunda Estación. Jesús muere en la cruz.

V. Te adoramos, oh Cristo,…

Jesús Crucificado, creo en Ti. Creo que eres el Hijo de Dios vivo. Jesús Crucificado, yo   espero y confío en Ti. Que yo, por tus sufrimientos y muerte, obtenga el perdón de mis pecados, la gracia de Dios y la vida eterna. Jesús Crucificado,  yo te amo, porque Tú me amaste hasta la muerte.

Oh María, acógenos como hijos tuyos y ampáranos en el último combate, oh Madre de misericordia.

Padre nuestro…

V. Ten compasión de nosotros, Jesús, ten compasión.

R. Y senos propicio por tu santo sufrimiento

Décima tercera Estación: Jesús es bajado de la cruz y colocado en brazos de su santa Madre.

V. Te adoramos, oh Cristo,…

Este fue el golpe más doloroso  de la espada de dolor en el corazón de la Madre, cuando recibió el cuerpo ensangrentado de su Jesús en sus brazos. ¡Oh, cuán poco yo medité, hasta ahora, los sufrimientos de Jesús y de su santa Madre, María! Dame, buen Jesús, un profundo dolor por los sufrimientos de tu Madre santísima.

Y tú, oh María, imprime las llagas de tu Hijo en mi corazón, así como tú las sentiste en el tuyo.

Padre nuestro…

V. Ten compasión de nosotros, Jesús, ten compasión.

R. Y senos propicio por tu santo sufrimiento

Décima cuarta Estación: Jesús es colocado en el sepulcro.

V. Te adoramos, oh Cristo…

Divino Redentor, delante de tu santo cuerpo, caigo de rodillas. Miro tus cinco santas llagas y me arrepiento de mis pecados, causa de tu muerte. Ah, hazlos desaparecer delante de Ti. Sepúltalos para siempre. Ten misericordia de mí y de toda la humanidad.

Oh María, santa Madre nuestra, alcánzanos la gracia de recibir siempre a Jesús en la santa Comunión, con un corazón puro, como prenda de una gloriosa resurrección.

Padre nuestro…

V. Ten compasión de nosotros, Jesús, ten compasión.

R. Y senos propicio por tu santo sufrimiento.

Ofrecimiento del Vía crucis

Oh, amor crucificado, Jesucristo, recibe benigno esta corta meditación de tu amarga pasión, como prueba de mi amor y reconocimiento. En tu corazón herido, oh Jesús, coloco mi mezquina devoción y te ofrezco la compasión de tu bendita Madre y la de todos los santos y te pido la bendición para que yo pueda cumplir los  propósitos hechos.

Oh Jesús, para Ti vivo.

Oh Jesús, para Ti muero.

Oh Jesús, tuya soy en la vida y en la muerte. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y gloria por las intenciones del Santo Padre, para ganar la indulgencia anexa al ejercicio del vía crucis.