La intimidad con Cristo experimentada por San Francisco de Asís en el monte Alvernia en el año 1224, culmina un camino de búsqueda interior y confirma la verdad absoluta de su vocación intuida entre crisis y oscuridad delante del crucifijo de San Damián en los años iniciales de su conversión, intuyendo un estilo de vida radical centrado en el evangelio. “Oh alto y glorioso Dios ilumina las tinieblas de mi corazón, dame fe recta, esperanza cierta, caridad perfecta sentido y conocimiento para discernir tu santo y veraz mandamiento”.

Las heridas impresas en el cuerpo de Francisco revelan las marcas que el amado deja en su amante, este proceso de cristificación lleva a una transformación integral de su vida plenamente identificada con la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Para la vida franciscana, el monte Alvernia, es un lugar de encuentro profundo entre la realidad humana y la realidad trascendente; lugar de soledad y silencio, con sus sombras y luces.

Quien opta por el seguimiento radical de Jesús al estilo de Francisco de Asís, descubre en la fiesta de los estigmas sentido y significado para su misión y encuentra una oportunidad para vivir en solidaridad concreta con los rostros dolientes de Cristo en la realidad humana, herida por la violencia, injusticia, enfermedades y miseria que claman gestos de cercanía, amor y misericordia.” “En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis”. Mt 25,40.

En esta perspectiva, el proceso inicial dentro del carisma Franciscano es un tiempo privilegiado para visitar y habitar “la propia Alvernia” con espacios profundos de oración, escucha y silencio a fin de cultivar la intuición originaria para consagrar su vida a Jesús y su proyecto en fidelidad a la mística asumida por San Francisco.

El discernimiento humano se da entre luces y sombras, crisis y esperanzas hasta que se confirme la voluntad de Dios en la vida de cada vocacionada. Así se actualiza hoy este deseo de configuración con Cristo Jesús y se perpetúa la iniciativa amorosa de Dios que continúa amando, llamando y enviando.


Al celebrar el 17 de septiembre la fiesta de los sagrados estigmas de San Francisco de Asís, felicitamos a todas las novicias hoy en su gran día, deseamos fidelidad, alegría y gozo vocacional.

Que sigan tras la huella del Poverello de Asís. ¡Feliz Día!

Contribución: Hna. Alba Giraldo – Maestra de Novicias