Las postulantes Osiris María Gutiérrez Castilla y Postulante Vanessa García Giraldo, a través de esta notícia, comparten su experiência vocacional y de discernimiento en el camino formativo de la vida consagrada:
“La experiencia del Postulantado ha significado para nosotras un camino de constantes descubrimientos, en cuanto a las cuatro relaciones: con nosotras mismas, con Dios, con los otros y con lo otro. Siendo así una forma de enriquecimiento continuo en nuestro proceso de crecimiento.
Lo anterior nos ha permitido purificar el llamado que hemos recibido con amor y la respuesta que generosamente le hemos dado al Señor, para así llevar a cabo nuestro proceso de discernimiento desde la libertad, la transparencia y la alegría.
El proceso de formación humano espiritual nos ha llevado a profundizar más en el Carisma Congregacional y a ir encarnando en nuestras vidas algunos valores que nos permiten perfilar nuestro ser y hacer como mujeres consagradas, a ejemplo de María Auxiliadora, San Francisco de Asís, Santa Clara y Santa María Bernarda, quienes nos animan a ser portadoras de la Buena Noticia en medio de nuestra realidad.
La vida fraterna se ha convertido en una escuela donde el Señor nos va formando en virtudes, manifestándose a través de cada una de las Hermanas en medio del compartir que se vive diariamente con alegría, paciencia, confianza, misericordia y el gozo que nos da el crecer unidas, complementándonos desde los dones y carismas que el Señor nos ha dado. De esta manera, hemos podido vivenciar las palabras de nuestro Padre San Francisco de Asís: “Y después que el Señor me dio Hermanos, nadie me mostraba qué debía hacer, pero el mismo Altísimo me reveló que debía vivir según la forma del santo Evangelio…” (Testamento de San Francisco de Asís No. 14).
El apostolado misionero que llevamos a cabo en la Comunidad de Arroz Barato (Cartagena-Colombia) con los niños, jóvenes y laicos, nos ha llevado a percibir la presencia de Dios que siempre se hace presente en medio de los pequeños y sencillos, siendo esto una motivación para donar nuestra vida al servicio de Dios y los hermanos, desde los dones que hemos recibido gratuitamente. ‘Dios ha elegido lo que el mundo considera necio para avergonzar a los sabios, y ha tomado lo que es débil en este mundo para confundir lo que es fuerte’ (1 Cor 1, 27).
Agradecemos a Dios Uno Trino por el llamado que nos ha hecho, a nuestra Congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora, que con tanto amor nos ha acogido y por este tiempo de gracia en el que hemos venido creciendo a nivel personal, espiritual y relacional.